En 2013, el Modelo Económico Social Comunitario y Productivo, implementado desde 2006 ha continuado mostrando no sólo resultados macroeconómicos y sociales positivos e históricos, en un contexto de crisis internacional aún irresuelta, sino también ya se avizoran los primeros frutos del proceso de industrialización iniciado gracias a este modelo.
La imagen que ahora proyecta el país ya no es más el de un país pobre, con crecimiento económico reducido, inestable, con problemas de endeudamiento y alta pobreza; ahora Bolivia se proyecta como una economía con un crecimiento sostenido, con avances significativos en la reducción de la pobreza, con una posición externa sólida, con estabilidad macroeconómica, constituyéndose poco a poco en una economía sólida.
En la gestión 2013, la economía mundial continuó con un crecimiento débil. Las economías desarrolladas y las economías en desarrollo registraron bajas tasas de crecimiento, similares a las de la gestión 2012. El desempleo siguió en niveles elevados, principalmente en economías desarrolladas, y a pesar de que se redujo el déficit fiscal respecto al PIB, el nivel de endeudamiento se incrementó.
En este contexto sombrío de la economía mundial, Bolivia registró una tasa de crecimiento de 6,8%, la más alta de los últimos 38 años, alimentada por el motor de la demanda interna que no es más que el resultado de las políticas de redistribución del ingreso que se iniciaron en 2006 y la fuerte inyección de recursos para la expansión de la capacidad productiva del país. Con esta tasa de crecimiento Bolivia se ubicó en la tercera posición de los países con mayor tasa de crecimiento económico de la región. El fortalecimiento de la demanda interna ya no sólo es una política de Bolivia, países en desarrollo como China, Perú y Uruguay han optado por seguir esta medida a fin de resguardar su economía de los embates de la crisis económica. No obstante, en 2005 Bolivia ya identificó la crisis estructural por la que atraviesa el capitalismo lo que le dio la posibilidad de identificar las herramientas para aislar al país de los embates de la crisis económica internacional.
Desde 2006 el Estado viene inyectando elevados recursos económicos para el desarrollo productivo y la industrialización del país, el 2013 no fue la excepción. La inversión pública ejecutada alcanzó los $us 3.780,7 millones, financiada en un 81,9% con recursos internos, y fue dirigida principalmente a la ampliación de la infraestructura del país y al sector productivo, no dejando de lado la inversión en educación, salud y vivienda. El proceso de industrialización que ha demandado inversiones de gran envergadura ya esta dando resultados. En septiembre de 2013, se inauguró la construcción de la Planta de Urea y Amoniaco en Cochabamba, marcando el comienzo del proceso de industrialización del gas boliviano. El mismo mes, la Planta Separadora de Líquidos de Río Grande inició sus operaciones, constituyendo a Bolivia en un polo exportador de gas licuado de petróleo en Sudamérica, siendo ahora exportadores y no más importadores. Asimismo, el 20 de diciembre de 2013 fue un día histórico porque Bolivia ingresó por primera vez en el espacio con el lanzamiento del Satélite boliviano Túpac Katari, con este satélite dio un salto tecnológico sin precedente que contribuirá al desarrollo económico y a mejorar la calidad de vida de los bolivianos.
A nivel internacional se ha reconocido la buena gestión económica y los resultados alcanzados, así por ejemplo, lo muestra la segunda emisión exitosa de los bonos soberanos, cuya oferta fue superada por la demanda, y el récord alcanzado en inversión extranjera directa neta en 2013 de $us 1.750 millones, superando ampliamente el máximo percibido en el periodo neoliberal que llegó a $us 1.024 millones.
Por su parte, Organismos Internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Corporación Andina de Fomento (CAF), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM) también se pronunciaron respecto al estado actual de la economía, destacando el manejo prudente de las políticas macroeconómicas, el crecimiento sostenido, la expansión del tamaño de la economía en sólo 8 años y la reducción de la pobreza.
Los resultados macroeconómicos estuvieron acompañados de mejoraras en los ingresos de la población que se expresan en el crecimiento del número de cuentas de ahorro en el sistema financiero, en las mayores compras del público en restaurantes y supermercados y el mayor consumo de servicios básicos. A diciembre de 2013, el número de cuentas de depósitos superó los 7 millones, la facturación de restaurantes y supermercados y el consumo de electricidad, gas y agua, registraron tasas de crecimiento de 27,3%, 12,3% y 5,3%, respectivamente. Así, se evidencia que el crecimiento económico llega a la gente, aún nos queda mucho por hacer pero los resultados muestran que vamos por buen camino.
Estos y otros resultados, se detallan en el presente documento que por octavo año consecutivo, en el marco de la política de transparencia de esta Cartera de Estado, pone a disposición el panorama completo de lo que fue la economía en la gestión 2013.
Invito cordialmente a docentes, universitarios, investigadores y público en general a examinar con detenimiento la Memoria de la Economía Boliviana 2013, a fin de que evalúen por si mismos las transformaciones que el país viene atravesando.
Luis Alberto Arce Catacora
MINISTRO DE ECONOMÍA Y FINANZAS PÚBLICAS